dilluns, 29 de maig del 2017

REVISTA MENSUAL SKORPIO Nº 35 LA 1ª INDEPENDENT DEL MARESME MAIG 2017 PÀG. 10 " NO TE MUERAS TONTO " 2ª PARTE DR. SERRABONA

ALBIREO


Cuando yo era pequeño había miel en todas las casas. La miel era un alimento, no un elemento nutritivo con complejos nutrientes. Era época de hambre. Y la miel era muy asequible por su bajo precio. Y yo, como todos los inocentes niños, que nos creíamos muy listos, metía el dedo en el tarro de la miel.

Meter el dedo en el tarro de la miel, estaba prohibido. Por eso lo hacíamos a hurtadillas. Claro que, ahora que ya no soy niño, recuerdo que había dos tarros, el grande, no a mi alcance, y el pequeño, a mi alcance en un armariete del comedor.

Y, ahora, que soy menos tonto, extraigo dos conclusiones de aquel tarro de marras. Primera, que a veces, lo prohibido es lo bueno. Como aquello de: “la buena vida es la mala vida”. Prohibiendo se crean carencias. Las carencias crean necesidades. Las necesidades crean acaparamiento, cuando las podemos paliar.

La conclusión es que buscamos lo prohibido irracionalmente. Y, lo mismo que nos hacían con el pequeño tarro de la miel, nos lo hacen con tantas cosas, para que metamos el dedo. Cualquier nuevo invento resulta carísimo al principio. Después se populariza, abaratándose. Automóviles, TVs, teléfonos, ordenadores, cámaras, etc., han seguido este proceso.

No es que, al principio, la fabricación resulte más cara. Eso puede ser un argumento contable, pero nada más. Hay que poner las cosas difíciles para que la masa se motive obtenerlas. Después, vemos que el rendimiento está en los consumibles. El utensilio, tan deseado antes, ahora es, simplemente, un acaparador  de consumibles.

La segunda conclusión se basa en cómo nos habíamos de chupar el dedo, para no quedarnos “pringaos”. La miel se engancha al dedo viscosamente. Y, como no te chupes bien el dedo, allí se queda. Y, esa viscosidad física, es toda una lección psicológica. Mucha gente padece de viscosidad mental. Por ejemplo, las obsesiones y compulsiones son mera viscosidad en un tema determinado.

Y así, los enfados duran, y duran. Las envidias, los celos, las venganzas, duran y duran viscosamente. No sabemos bajar el telón y empezar una nueva representación. La gente se cree, así es de tonta, que perdonar es un signo altruista. No. Perdonar, es un signo de inteligencia egoísta, muy rentable para nuestra salud.

Ahora, querido tonto, mira fijamente el tarro de las necesidades que te han creado. Y tú sin saberlo. Analiza los consumibles de tu vida. Desde tu armario de la ropa, hasta tu frigorífico y los electrodomésticos. Y deshazte del excedente que te “pringa”.

Y analiza tu viscosidad mental. Analiza qué temas te impiden ser libre. Libre. Que seas libre es lo que más molesta a los demás. No pierdas tu libertad ante nada, ni nadie. Que ninguna ideología, amor, hobby, costumbre, etc., te manipule. Sé tú mismo. Yo he procurado cultivar siempre mi libertad. Y motivándome para comerme esa zanahoria, aunque sin conseguirla, me han tildado de rebelde. Lo cierto es que no te puedo dar lecciones de cómo ser libre. Pero sí, de que es muy necesario perseguir esa utópica zanahoria.

Y te aseguro que, persiguiéndola, se pasa mucho mejor. Y es todo un privilegio, que te acusen, con rabia, de rebelde. O tú decides, o decidirán por ti. Despabila. O te morirás tontamente manipulado. 


Dr. Serrabona

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